Ya había leído algunos clásicos pero a decir verdad ninguno me había llamado tanto la atención como lo hizo este.

Cuando nos comentaron que teníamos como lectura obligatoria del trimestre Rimas y Leyendas de Bécquer, no me motivaba mucho, porque me apetecía leer algo más actual y de otro género. Pero ahora que lo he leído puedo afirmar que no está bien rechazar un clásico por su poca aceptación en las aulas como libro de lectura.

Cada leyenda que leía, al terminar, me seguía sorprendiendo como la anterior; su originalidad para transmitir sentimientos en cada frase mientras que la narración avanza. A nivel personal la que me hizo reflexionar más fue la leyenda 3, El rayo de luna. No siempre consigues esa sensación de estar leyendo cómoda y delicadamente sin poder parar, con miedo al punto y final, en este caso contando con un fatal y trágico desenlace. A mí esta leyenda me hipnotizó desde un primer momento por su temática. Una de las frases que más me hicieron pensar fue “¡Amor! Había nacido para soñar el amor, no para sentirlo!”. Muchos seguramente que sentimos eso y pasamos por ello: la idealización del amor. Es muy difícil amar sinceramente, sabiendo y conociendo a quien amas, y amarte a ti mismo también.

Rimas y Leyendas es sin duda un buen y claro ejemplo de obra del romanticismo, con espacios idílicos, personajes enamorados y apasionados. Rebeldía, sentimientos, incomprensión y alejarse del mundo real.