La arena es casi igual de esencial que el agua para el sostenimiento de la vida humana. Puede parecer a simple vista un recurso inagotable, pero en un abrir y cerrar de ojos ha entrado en terreno peligroso por el crecimiento desorbitado de su demanda global. En los últimos 20 años se ha multiplicado por tres la cantidad de arena que se consume en el mundo.
Esta materia prima, como todos ya sabeis, se utiliza en la construcción de carreteras, puentes, líneas de alta velocidad... Pero algo que no tenemos en cuenta muchas veces es que se utiliza también en la fabricación de chips y del cristal de cada una de nuestras ventanas, y la arena fundida configura el cristal que se utiliza para las pantallas de los ordenadores y móviles. Pensamos que como hay la suficiente en el desierto y en las playas vamos a poder disponer de ella facilmente, pero no es así. Por ejemplo, los granos de arena del desierto están totalmente erosionados por el viento y es demasiado fina para usarse en construcciones. El tipo de arena que necesita la población son áridos, piedras trituradas arrastradas por las olas del mar, ríos o lagos. Y esta forma de arena es la que escasea.
Entre el 2006 y 2021, China utilizó más cemento fabricado a base de arena que EE.UU en todo el siglo XX. Se puede decir que Singapur es uno de los pequeños países insulares que está sufriendo más esta escasez, pues de cara al cambio climático y al aumento del nivel del mar, se utiliza esta arena para construír protecciones que permitan limitar los efectos dramáticos de estos fenómenos.
Además, la escasez de arena está provocando importantes conflictos económicos, políticos y sociales.
La sobreexplotación de arena conlleva distintas consecuencias en el medio ambiente: favorece la erosión y la salinización de los acuíferos y no ayuda en la protección contra los temporales marinos, destruye espacios naturales vitales.
Varios científicos han aportado algunas alternativas interesantes que pueden ayudar poco a poco a dar marcha atrás a esta escasez. En Amsterdam existe un compromiso de construír al 100% con arena reciclada en 2050, y de reducir a la mitad el uso de este recurso natural. En Zúrich ya se construye el 98% de las viviendas con hormigón reciclado.
Mi sincera opinión sobre este tema es que no pienso que se le esté dando mucho reconocimiento a la escasez de arena. Los gobiernos aún no han tomado medidas serias contra este problema y la sociedad está desinformada sobre las graves consecuencias que conllevará esto en un futuro no muy lejano como no se tomen medidas desde ya. En resumen: apenas se habla de la falta de esta materia prima. Es un tema que ya empieza a lanzar sus primeras alertas pero que todavía no son escuchadas por la mayoría para anticiparse a los efectos adversos.